CARTA ABIERTA DE ALGUNOS OBISPOS AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Santo Domingo, 8 de julio de 2020

Excmo. Sr. Lic.

Lenin Moreno Garcés

Presidente Constitucional de la República del Ecuador

Quito. –

Señor Presidente:

Reciba un cordial saludo deseándole éxitos en sus funciones.

 

Observando los hechos de nuestro querido país, nos dirigimos a usted, con todo el respeto que se merece, pero también con la confianza de poder manifestarle nuestra preocupación por la realidad que pasa nuestra gente.

 

Ante la información recibida de los casos de corrupción, sentimos indignación y pena ante la evidencia de los últimos descubrimientos del asunto de los carnets para personas con discapacidad, emitidos a asambleístas y funcionarios del Gobierno, o del sobreprecio de los insumos adquiridos para centros de salud pública, etc.

 

Por otro lado, pensamos que el Ministerio de Salud pareciera que se dedica, a través de sus empleados y funcionarios, a perseguir a médicos y pequeños distribuidores de Dióxido de Cloro, substancia que ha demostrado que cura la COVID-19. Muchos médicos lo saben, pero combaten este conocimiento irrefutable, negándose a realizar estudios clínicos solamente porque la FDA y la OMS, no los hacen, ni lo aprueban.

 

Con esta guerra, en contra de la verdad, el Gobierno no favorece la salud de los enfermos, al contrario, la perjudica, impidiendo que medicinas alternativas, como el Dióxido de Cloro, no se tomen en cuenta, aun cuando, los ensayos preliminares han dado resultados estupendos de un 100/100 de curación del coronavirus (Cf. Ensayo preliminar para el tratamiento de la enfermedad COVID-19, utilizando dióxido de cloro, llevado a cabo por la Asociación Ecuatoriana de Médicos Expertos en Medicina Integrativa (AEMEMI), notariado el 6 de mayo 2020).

 

En varias ocasiones se han dirigido comunicaciones al Ministerio sobre el tema, y sus repuestas han sido negativas. Es por ello que, nos dirigimos a Usted, para que, por su autoridad, pueda frenar esta persecución al Dióxido de Cloro, de manera que, no se produzcan más muertes de ecuatorianos indefensos que padecen esta enfermedad por la ineficacia del Ministerio de Salud.

 

Señor Presidente, combatamos la corrupción y no nos hagamos cómplices al no tomar decisiones necesarias y quedarnos solo en meras palabras. Por ello, le pedimos a Usted que, autorice la utilización del Dióxido de Cloro y entrará en la historia como un presidente que sabe, no solo escuchar los gritos del pueblo que sufre, sino también oponerse a aquellos que parecieran no querer evitar el daño económico que supone el gasto de miles de millones e insumos costosísimos de redes farmacéuticas, cuando se pueden ahorrar esos millones, autorizando el empleo de medicinas alternativas que demuestran que curan, como el Dióxido de Cloro.

 

Los Obispos firmantes, en consonancia y coherencia con la última carta abierta al pueblo ecuatoriano de la Conferencia Episcopal del Ecuador, pedimos que, se solicite la renuncia a todos los funcionarios que han demostrado ser corruptos e ineficaces, así como a su responsable, esto es, al Señor Ministro, titular de la cartera de salud.

 

Desde nuestra condición de pastores de nuestras Iglesias particulares y desde nuestra dimensión profética de Iglesia, nos sentimos llamados a levantar la voz: con y por los perseguidos por la ARCSA del Ministerio de Salud; con y por los millones de pobres que pagan su seguro al IESS y no reciben tratamiento ni trato adecuado; y con y por, los miles de enfermos, que se ven desprotegidos por las escasas, tardías e ineficaces respuestas en el tema de la salud.

 

Creemos que, Usted, Señor Presidente, puede demostrar con hechos que ama a su pueblo y le trata con justicia, sobre todo en estos duros momentos históricos a causa de la pandemia.

 

Con la confianza en Dios y en su corazón de padre de esta nación, esperamos que su respuesta sea favorable a nuestro pedido, actuando conforme al querer de Dios.

Atentamente,

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Carta Respuesta

Santo Domingo, 8 de julio de 2020

Excmo. Sr. Lic.

Lenin Moreno Garcés

Presidente Constitucional de la República del Ecuador

Quito.-

Estimado Dr. Patiño:
En respuesta al Documento Nro. MSP-CGDES-2020-0073-O, en el cual expone que, con base en un Informe de Revisión Narrativa, el Ministerio de Salud Pública cree inviable la propuesta del uso de Dióxido de Cloro para el tratamiento de la COVID-19.
Veo que las respuestas se basaron en su mayoría en dichos de la OMS (recordemos que el tratamiento de la misma en esta pandemia no ha sido la mejor desde sus inicios), o artículos web aliados en diferentes plataformas, pero no en estudios que hayan demostrado eficiencia o ineficiencia del dióxido de cloro en las proporciones sugeridas por Andreas Kalcker para el combate eficaz contra la COVID-19 y otras patologías.
Un Ensayo Clínico apagaría toda duda de la supuesta “toxicidad” del mismo, sabemos que hay ensayos clínicos multi- céntricos en varios países, entre ellos Ecuador, dirigido por la AEMEMI, pero sin el respaldo o supervisión del Ministerio de Salud Pública, adjunto el mismo en el caso de que no haya sido de su conocimiento, pues nunca fue nombrado en su narrativa.
Recuerdo que existen patentes que usan el dióxido de cloro para varios productos a nivel mundial, desde limpieza de sangre, purificación de agua, enjuague bucal, oxígeno líquido bebible y otros productos de venta libre en mercados asiáticos, europeos o norteamericanos.
Sabemos que el mayor riesgo que vio AEMEMI para cumplir su ensayo clínico “completo”, fue el no exponer a pacientes en peligro de muerte a una prueba doble ciego.
Ya que hay aseveraciones de la FDA donde “supone” un peligro la ingesta de dióxido de cloro, sugerimos hacer un comité evaluador con personas del ámbito civil de toda la sociedad, para realizar un ensayo clínico completo que conlleve el estudio de exámenes iniciales y progresivos de consumo de CDS (Concentrado de Dióxido de Cloro a 3.000 ppm), incluyendo pruebas doble ciego, ya que ahí no habría peligro de muerte de pacientes. Este ensayo puede ser evaluado por médicos del MSP, AEMEMI, y cualquiera que quiera sumarse a dicho estudio clínico. Obviamente debería ser público, para transparentar la información, para beneficio de todas las partes.
Los exámenes a realizarse deben ser todos los necesarios para determinar el funcionamiento de órganos, antes y después de la ingesta vía oral del CDS (no inhalación de CDS, que obviamente es tóxico, al igual que inhalar agua) o Placebo según se programe en forma aleatoria, tomando muestras de sangre, orina, etc., con el objetivo de medir el comportamiento de dicho mineral en el cuerpo, y su comportamiento en el mismo, incluido -claro está- un estudio de insuficiencia respiratoria como fue indicado en dicho Informe, así podríamos descartar o asegurar toxicidad a la ingesta del mismo.
Esperando de corazón que se haga éste o estos ensayos clínicos con la finalidad de ofrecer certezas comprobadas clínicamente, les agradezco sus esfuerzos para servir a nuestro pueblo y pido a Dios que, guie sus caminos y los haga actuar con sabiduría, por el bien de todo el pueblo ecuatoriano. Les envío un cordial saludo.

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CARTA ABIERTA – ¿Y si el DIÓXIDO DE CLORO, sin embargo, funciona?

Santo Domingo de los Tsáchilas, 12 de mayo de 2020

Carta abierta

al Dr. Juan Carlos Zevallos López

Ministro de Salud

QUITO

¿Y si el DIÓXIDO DE CLORO, sin embargo, funciona?

Señor Ministro:

Soy el Obispo de la Diócesis de Santo Domingo en Ecuador. Me encuentro preocupado, como Usted, por el bienestar de mis feligreses y demás ciudadanos. El hambre y la enfermedad han sumergido a tanta gente en el sufrimiento. Usted sabe esto. Por ello, tengo una inquietud grande: ¿por qué el Gobierno, su Ministerio, no se atreve a realizar ensayos clínicos con Dióxido de Cloro o con Ácido Hipocloroso? Esto serviría grandemente para salir de esta batalla de difamación que no sirve a nadie.

¿Por qué Usted no hace lo propuesto por la Asociación Médica Mundial, en su Asamblea General celebrada en Fortaleza, Brasil, en octubre de 2013, en cuyo numeral 37 dice: “Cuando en la atención de un enfermo las intervenciones probadas no existen u otras intervenciones conocidas han resultado ineficaces, el médico, después de pedir consejo de experto, con el consentimiento informado del paciente o de un representante, si, a su juicio, ello da alguna esperanza de salvar la vida, restituir la salud o aliviar el sufrimiento. Tales intervenciones deben ser investigadas posteriormente a fin de evaluar su seguridad y eficacia. En todos los casos, esa información nueva debe ser registrada y, cuando sea oportuno, puesta a disposición del público”; así como lo que reza en el numeral 10, que afirma: “No se debe permitir que un requisito ético, legal o jurídico nacional o internacional disminuya o elimine cualquier medida de protección para las personas (…)”?

Puede Usted justificar ¿por qué no se hace esto? Los médicos tienen miedo hasta de hablar de este Dióxido de Cloro o del Ácido Hipocloroso. ¿Cómo es posible que en un país democrático los médicos tengan miedo de hablar de ello? De hecho, conozco muchos casos de personas que se han curado de la COVID19 mediante el Dióxido de Cloro, y es probable que, Usted también sepa de esto. El País podría ahorrarse muchos millones implementando otros protocolos. – Esto solo es posible si tienen información de primera mano – ensayos hechos con criterios clínicos y sin otro interés que encontrar una cura para esta enfermedad. ¿Por qué no se hace esto? Le invito a realizar un ESTUDIO CLÍNICO URGENTE en diferentes lugares del país y publicar los resultados dentro de dos semanas. La gente ya no puede aguantar más esta cuarentena.

Un día, Usted hizo el juramento Hipócratico, su promesa fue salvar vidas a toda costa. No es posible que, pudiendo prestar ayuda a un moribundo, no se haga. No hacerlo constituye un delito, mejor dicho un crimen. No corramos el riesgo de ser acusados de no haber hecho lo posible para salvar vidas. Ya no podemos escondernos detrás de criterios de corporaciones u organismos internacionales o gobiernos extranjeros para no hacer nada. Esto no es digno de un país soberano.

Con un atento saludo, espero su pronta respuesta.

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